Mujeres del Centro Penitenciario Femenino de Santiago se capacitan en alfabetización digital
A través de un innovador curso impartido por Biblioteca Escolar Futuro, la Escuela de Trabajo Social UC y Bibliotecas UC, las internas adquieren habilidades en el uso de software y plataformas digitales, herramientas clave para facilitar la búsqueda de empleo o apoyar emprendimientos.
“Voy a contarle a mi familia que estoy realizando un curso de la Universidad Católica”, esta es una de las frases que más se repiten entre las mujeres privadas de libertad del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago, cuando les preguntan sobre su participación en el curso de Alfabetización Digital, que dicta Biblioteca Escolar Futuro junto a la Escuela de Trabajo Social UC en el liceo Santa María Eufrasia, ubicado dentro del penal.
El curso tiene como objetivo que adquieran habilidades básicas en el uso de plataformas y herramientas digitales, con el fin de reducir sus brechas tecnológicas y facilitar su reinserción social. Esta iniciativa tuvo su génesis tras la visita que realizó Michelle Vergara, jefa del área sociocomunitaria de Biblioteca Escolar Futuro (BEF), a la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 2023.
“En la UBA tienen un programa de reinserción en las cárceles. Allí se dicta Psicología y Sociología, entre otras carreras, para que las personas privadas de libertad logren graduarse y acceder a nuevas oportunidades. En Chile, el contexto carcelario es muy distinto al de Argentina, pero de igual modo esta experiencia me dio el impulso para hablar con mi equipo e idear una iniciativa similar que les diera a las mujeres del CPF la oportunidad de adquirir habilidades que las apoyen en su reinserción”, explica Michelle Vergara.
Biblioteca Escolar Futuro cuenta con una sede en el CPF desde 2015 y ha cultivado una relación de aprendizaje bidireccional con el personal educativo, lo que ha enriquecido significativamente el proceso de enseñanza para las internas. Por esta razón, antes de planificar esta iniciativa, Vergara se reunió con la directora del establecimiento para explorar las mejores opciones. “Conversamos con Kenia Zamorano, quien nos indicó que las mujeres privadas de libertad necesitaban urgentemente aprender sobre alfabetización digital. A partir de esta necesidad, comenzamos a desarrollar el curso”.
DISEÑO, METODOLOGÍA E IMPLEMENTACIÓN
Durante las sesiones, se entregan conocimientos básicos sobre herramientas de software, como procesadores de texto y hojas de cálculo. Además, se busca que las internas aprendan a utilizar diversos servicios públicos disponibles en línea, como el Registro Civil, el Servicio de Impuestos Internos y el Registro Social de Hogares, entre otros, facilitando así su reinserción social una vez que obtengan su libertad.
Se utiliza una metodología participativa que pone a las alumnas en el centro del proceso educativo, promoviendo un aprendizaje flexible y colaborativo que prioriza sus intereses y ritmos individuales. Para lograr esto, al inicio de cada sesión, las estudiantes comparten sus experiencias de la semana y expresan sus inquietudes. Dado que el contexto carcelario a menudo plantea desafíos que pueden influir en su aprendizaje, es esencial brindarles un espacio para ser escuchadas.
Además, las estudiantes reciben una agenda personal al inicio de cada sesión, en la que documentan sus avances, reflexiones y preguntas. Esta bitácora, revisada por las docentes al finalizar cada clase para guiar las lecciones futuras, se convierte en un registro invaluable de su proceso de aprendizaje.
El diseño, la metodología y la implementación del curso fueron elaborados principalmente por Belén Sedán, estudiante de cuarto año de la Escuela de Trabajo Social de la UC, quien es ayudante de Biblioteca Escolar Futuro. La alumna se reunió con diversos profesionales de la carrera y Bibliotecas UC, bajo la supervisión de BEF, para la realización del proyecto. “Comenzamos revisando otras experiencias y los cursos de alfabetización digital que implementa Bibliotecas en la comunidad UC. El objetivo fue adaptar ese contenido para el contexto carcelario”, menciona.
En esta labor, fue fundamental el apoyo de Bibliotecas UC, que, mediante un modelo de asesorías, revisó y ofreció recomendaciones sobre los contenidos propuestos para el curso. “La orientación se llevó a cabo con el propósito de adaptar los contenidos a la realidad de las mujeres privadas de libertad, brindándoles conocimientos útiles para su reinserción, especialmente si desean postular a un empleo al salir en libertad. Por ello, recomendamos incluir en los contenidos de los cursos la elaboración de currículos vitae, la postulación a programas gubernamentales como SERCOTEC o Capital Semilla, y la revisión de herramientas digitales que puedan apoyarlas en el proceso de inicio de un emprendimiento”, señala Maribel Acevedo, bibliotecóloga de Bibliotecas UC.
Sin embargo, la implementación de estos contenidos ha sido un desafío, ya que los espacios privados de libertad no cuentan con acceso a internet. Al respecto, Sedán explica la estrategia que utilizan para transmitir contenidos digitales sin conectarse a la web “es un reto. Por eso, conversamos con el cuerpo docente del liceo para que nos orientaran en la planificación de las clases según su experiencia. Así que decidimos llevar presentaciones y todo impreso en formato de guías. Intentamos que este material sea lo más explicativo posible y nos apoyamos con pantallazos para facilitar la comprensión”, explica.
Además, añade: “Por ejemplo, tenemos un módulo orientado a la búsqueda de información en la web, pero, dada la realidad del contexto, lo adaptamos para que se enfoquen en identificar las fake news en lugar de simplemente buscar información. Afortunadamente, la metodología ha funcionado y ha recibido una respuesta muy positiva por parte de las estudiantes”, concluye.
TRABAJO COLABORATIVO
BEF ha trabajado conjuntamente durante años con la Escuela de Trabajo Social UC en iniciativas realizadas principalmente en espacios privados de libertad, involucrando a sus estudiantes y al cuerpo docente. Este año, esta relación se oficializó a través de un convenio que también incluye a su Centro de Estudiantes.
A propósito de este vínculo, se solicitó el apoyo de Alejandra Inostroza, subdirectora de Educación Continua, Extensión y Comunicaciones de la Escuela, quien se unió al proyecto como coordinadora académica. Labor que consiste en ayudar con los módulos del curso, la estrategia evaluativa y el enfoque de los contenidos, entre otras tareas. Además, desempeña un rol de docente en algunas de las clases -donde las profesoras jefas son las estudiantes de Trabajo Social- y convoca a otros académicos y académicas de la UC para que participen.
“Los académicos y académicas de la UC tenemos un compromiso fundamental con nuestro rol público. Iniciativas como esta son muy significativas y marcan una diferencia en el futuro de las mujeres privadas de libertad que participan. En cuanto a la colaboración de otros docentes, han sido personas excepcionales que se han sumado con un profundo deseo de ayudar y de apoyar este tipo de instancias. Hasta el momento, han impartido clases Valeria Herskovic, directora del Departamento de Ciencia de la Computación UC, y Jorge Farah, subdirector de la Escuela, y seguirán sumándose otros docentes”, señala.
También menciona que esta experiencia se transformará en un modelo que se espera sea replicado y estudiado. “Este proceso no solo se enmarca en el taller de alfabetización digital, sino que también incluye una sistematización investigativa que permitirá replicar esta experiencia y evitar que quede aislada. Esto facilitará que la universidad comprenda el impacto que tuvo esta iniciativa tanto para la institución como para las mujeres del CPF. La sistematización nos brindará la oportunidad de replicar, avanzar y mejorar de cara a una futura formación en 2025”.
Esta tarea es realizada por Belén Sedán y dos estudiantes de cuarto año de la Escuela de Trabajo Social de la UC, quienes fueron convocadas por BEF a través de un llamado publico gestionado por el Centro de Estudiantes de la misma escuela. Evelyn Miranda y Carolina Muga, las estudiantes participantes, comparten su experiencia:
“Con mi compañera, estamos constantemente tomando notas de campo, y haciendo observaciones de forma activa sobre aspectos verbales y gestuales de las internas en cada una de las clases. Es gratificante y enriquecedor poder vivir esta experiencia de la mano de un programa como la BEF. He aprendido mucho profesional y personalmente, porque uno deja el corazón en cada sesión del curso”, señala Evelyn Miranda.
Carolina Muga añade: “creo que la oportunidad de participar en este proyecto y ser parte del equipo BEF es sumamente valiosa para mi formación como trabajadora social. Trabajar y conocer de manera cercana la realidad de las mujeres privadas de libertad en el contexto del curso de alfabetización digital me ha permitido entender de manera más profunda las brechas sociales y educativas a las que se enfrentan a diario”.
Por último, Michelle Vergara enfatiza: “las mujeres privadas de libertad expresan su agradecimiento, comentando: ‘Me enseñan personas de la universidad, estoy estudiando en la UC’. Ellas valoran que las traten como adultas y que les ofrezcan contenidos que no las infantilizan; eso es lo que representa la universidad para ellas. Este enfoque tiene un sentido de sanación, y todos quienes han participado en este curso han contribuido a lograrlo”.